«Según el informe final de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) del Reino Unido, que ha bloqueado la fusión por considerar que podría dañar seriamente la competencia»
Redmond, Washington │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
La fusión de Microsoft y Activision, anunciada en enero de 2022 por un valor de 68.700 millones de dólares, es la mayor operación de la historia de la industria del videojuego. Sin embargo, no todos están contentos con este acuerdo, que podría cambiar el panorama competitivo del sector.
Además de Sony, que ve amenazada su posición dominante en el mercado de las consolas, otro gigante tecnológico que se ha mostrado contrario a la fusión es Google. ¿Qué motivos tiene la empresa de Mountain View para oponerse a que Microsoft se haga con el control de Activision, la desarrolladora de franquicias como Call of Duty, World of Warcraft o Candy Crush?
Según el informe final de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) del Reino Unido, que ha bloqueado la fusión por considerar que podría dañar seriamente la competencia, Google es uno de los principales quejosos contra el acuerdo. La razón principal es que Google teme que Microsoft use el poder de las propiedades intelectuales de Activision para reforzar su posición en el mercado del cloud gaming o juego en la nube.
Google y Stadia
Google fracasó en su intento de entrar en este segmento con Stadia, su servicio de streaming de videojuegos que cerró en enero de 2023 tras tres años de vida. Stadia apostaba por un modelo de negocio basado en comprar juegos individuales a precio completo y jugarlos exclusivamente a través de la nube.
Ahora, Google cree que Microsoft podría usar los juegos de Activision para potenciar sus propios servicios de cloud gaming, como Xbox Game Pass Ultimate o GeForce Now, que ofrecen acceso a un catálogo de juegos por una suscripción mensual o permiten jugar a los títulos comprados en otras plataformas.
De esta forma, Microsoft podría impedir el desarrollo de otros modelos de negocio alternativos en el cloud gaming, como el que intentó Google con Stadia. Aunque este modelo no tuvo éxito por los problemas de latencia y la falta de transferencia de los juegos comprados a otras plataformas, podría cambiar en el futuro con nuevas innovaciones.
La CMA considera que la fusión podría frenar estas innovaciones y consolidar los modelos actuales como las únicas opciones viables para el cloud gaming. Por eso, Google se ha convertido en uno de los principales opositores a la fusión, que aún debe recibir el visto bueno de otros reguladores como la Comisión Europea o la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos.
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