«Se debe combinar con una dieta saludable y ejercicio físico para mejorar el control glucémico y prevenir las complicaciones de la diabetes»
Estado Unidos │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
La semaglutida es un medicamento que se usa para tratar la diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar en la sangre debido a una deficiencia o resistencia a la insulina, la hormona que regula el metabolismo de la glucosa.
La semaglutida pertenece al grupo de los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), unas sustancias que imitan el efecto de una hormona natural que se libera después de comer y que estimula la producción de insulina, reduce la secreción de glucagón (otra hormona que eleva el azúcar en la sangre) y disminuye el vaciamiento gástrico y el apetito.
La semaglutida se administra mediante una inyección subcutánea una vez por semana, y se combina con una dieta saludable y ejercicio físico para mejorar el control glucémico y prevenir las complicaciones de la diabetes, como las enfermedades cardiovasculares, renales o nerviosas.
¿Qué beneficios tiene la semaglutida para el peso?
Además de mejorar el control de la diabetes, la semaglutida tiene un efecto beneficioso sobre el peso corporal, ya que reduce el apetito y aumenta la sensación de saciedad. Esto hace que las personas que usan este medicamento coman menos y pierdan grasa, especialmente en el abdomen.
Según un estudio internacional publicado en el New England Journal of Medicine, las personas con sobrepeso u obesidad que recibieron semaglutida durante 68 semanas perdieron un promedio de 15 kilos, lo que equivale a un 15% de su peso inicial. En comparación, las personas que recibieron un placebo solo perdieron 2,6 kilos.
La pérdida de peso con semaglutida fue mayor que la observada con otros medicamentos para la obesidad, y se asoció con una mejora en los factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos. Además, las personas que tomaron semaglutida reportaron una mejor calidad de vida y una mayor satisfacción con su tratamiento.
¿Qué precauciones hay que tener con la semaglutida?
La semaglutida es un medicamento seguro y bien tolerado, pero puede tener algunos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Estos efectos suelen ser leves o moderados y tienden a disminuir con el tiempo. Sin embargo, se recomienda iniciar el tratamiento con una dosis baja e ir aumentándola gradualmente para minimizar las molestias.
Por su parte, también puede causar hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) si se usa junto con otros medicamentos para la diabetes que también bajan el azúcar, como la insulina o las sulfonilureas. Por eso, es importante ajustar las dosis de estos fármacos y monitorizar los niveles de glucosa con frecuencia.
De igual modo, está contraindicada en personas con alergia al medicamento o a alguno de sus componentes, así como en personas con antecedentes familiares o personales de cáncer medular de tiroides o síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2, unas enfermedades raras que afectan a las glándulas endocrinas.
La semaglutida no se debe usar en personas con diabetes tipo 1 o cetoacidosis diabética (una complicación grave de la diabetes), ni en mujeres embarazadas o lactantes. Tampoco se debe usar como sustituto de la insulina ni como tratamiento exclusivo para la obesidad sin diabetes.
La semaglutida es un medicamento que requiere receta médica y supervisión profesional. Antes de iniciar el tratamiento, se debe consultar al médico sobre los beneficios y riesgos del fármaco, así como sobre las posibles interacciones con otros medicamentos o suplementos.
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