«Los investigadores señalaron que las diferencias en la mortalidad entre negros y blancos no se deben a factores biológicos relacionados con el color de la piel, sino a los determinantes sociales de la salud»
Estados Unidos │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
la desigualdad racial en Estados Unidos no solo se manifiesta en el ámbito económico, político o social, sino también en el ámbito de la salud. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan y publicado en la revista JAMA Network Open, entre 1999 y 2018 se produjeron más de 1,6 millones de muertes de negros en exceso por la falta de acceso a la salud y otros factores sociales.
El estudio comparó las tasas de mortalidad ajustadas por edad entre negros y blancos para diferentes causas de muerte, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, accidentes o suicidios. Los resultados mostraron que los negros tenían un riesgo mayor de morir por todas estas causas que los blancos, y que esta brecha se mantuvo o incluso aumentó a lo largo del periodo analizado.
Los autores estimaron que si los negros hubieran tenido las mismas tasas de mortalidad que los blancos, se habrían evitado 1.647.910 muertes prematuras entre los negros durante las dos décadas estudiadas. Esto equivale a un 17% de todas las muertes registradas entre los negros en ese periodo.
La importancia de los determinantes sociales de la salud
Los investigadores señalaron que las diferencias en la mortalidad entre negros y blancos no se deben a factores biológicos relacionados con el color de la piel, sino a los determinantes sociales de la salud. Estos son las condiciones en las que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, y que influyen sobre su estado de salud y su calidad de vida.
Entre los determinantes sociales de la salud se encuentran el nivel socioeconómico, la educación, el empleo, el acceso a los servicios sanitarios, el medio ambiente, la cultura o el racismo. Estos factores pueden generar desigualdades e inequidades en la salud que afectan más a los grupos vulnerables o marginados, como los negros en Estados Unidos.
Los autores del estudio abogaron por implementar políticas públicas que aborden los determinantes sociales de la salud y reduzcan las disparidades raciales en la mortalidad. Asimismo, pidieron una mayor inversión en programas de prevención y promoción de la salud para mejorar el bienestar de los negros y otros grupos minoritarios.
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