«El fentanilo actúa sobre el sistema nervioso central, estimulando el sistema cerebral de la recompensa y provocando una sensación de placer y bienestar»
Estados Unidos │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
el fentanilo es una de las drogas más peligrosas que existen. Se trata de un opiáceo sintético que se utiliza como analgésico en la medicina, pero que también se consume de forma ilegal por su potente efecto euforizante. Su potencia es 50 veces mayor que la de la heroína y 100 veces mayor que la de la morfina, lo que lo convierte en un producto muy adictivo y tóxico.
En los últimos años, el consumo recreativo del fentanilo se ha incrementado de forma considerable, lo que ha generado y continúa generando estragos en Estados Unidos y otros países. En cuestión de tres años, las muertes por sobredosis de este opiáceo han aumentado en más del 90%. En 2021 se le atribuyeron unos 70 000 fallecimientos en ese país.
El fentanilo actúa sobre el sistema nervioso central, estimulando el sistema cerebral de la recompensa y provocando una sensación de placer y bienestar.
El fentanilo actúa sobre el sistema nervioso central, estimulando el sistema cerebral de la recompensa y provocando una sensación de placer y bienestar. Sin embargo, también tiene efectos secundarios muy graves, como depresión respiratoria, hipotensión, somnolencia, náuseas, vómitos y estreñimiento.
Además, el fentanilo tiene un alto riesgo de sobredosis, ya que una dosis muy pequeña puede ser letal. Muchas veces, los consumidores no saben que están tomando fentanilo, ya que se mezcla con otras drogas como la heroína o la cocaína para aumentar su potencia y reducir su costo. Esto hace que sea muy difícil controlar la dosis y evitar una intoxicación.
Existen tratamientos para revertir los efectos y prevenir las muertes por sobredosis, pero no son suficientes para frenar la epidemia.
Existen tratamientos para revertir los efectos del fentanilo y prevenir las muertes por sobredosis, pero no son suficientes para frenar la epidemia. Uno de ellos es la naloxona, un antagonista opioide que bloquea los receptores a los que se une el fentanilo y restaura la respiración. La naloxona se puede administrar por vía intranasal o intramuscular y puede salvar vidas si se aplica a tiempo.
Sin embargo, la naloxona no es una solución definitiva, ya que solo dura unos minutos y no trata la adicción al fentanilo. Por eso, es necesario ofrecer a los consumidores programas de tratamiento integral que incluyan terapias psicológicas y farmacológicas para ayudarles a superar su dependencia.
El fentanilo es una droga devastadora que requiere una respuesta urgente por parte de las autoridades sanitarias y de la sociedad en general. Es necesario concienciar a la población sobre los riesgos del consumo de opiáceos sintéticos, regular su prescripción médica, controlar su producción y tráfico ilícito y facilitar el acceso a los servicios de prevención y tratamiento.
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