«AMLO considera que Castillo es el presidente legítimo de Perú y que su remoción fue un golpe de Estado impulsado por las élites económicas y políticas «
Ciudad de México, México │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció este martes que hará una “pausa” en las relaciones comerciales y económicas con Perú, debido a que no reconocerá el gobierno de la actual mandataria, Dina Boluarte, quien asumió el cargo tras la destitución de Pedro Castillo por parte del Congreso.
AMLO considera que Castillo es el presidente legítimo de Perú y que su remoción fue un golpe de Estado impulsado por las élites económicas y políticas que se oponían a su proyecto de cambio. Por ello, pidió respetar la voluntad del pueblo peruano y buscar una salida democrática a la crisis.
El mandatario mexicano rechazó que su postura sea injerencista y dijo que se apegaba a los principios de política exterior de México, que no contemplan el reconocimiento a otros gobiernos. Asimismo, descartó retirar al embajador mexicano en Perú ni pedir la salida del peruano.
El gobierno de Perú acusó a AMLO de injerencia en los asuntos internos del país y le pidió al embajador mexicano, Pablo Monroy, que se abstuviera de hacer comentarios sobre la situación política peruana. El canciller peruano, Óscar Maúrtua, dijo que esperaba mantener una relación cordial y respetuosa con México.
Crisis Política
La crisis política en Perú se desató el pasado 9 de diciembre, cuando el Congreso destituyó a Castillo por “incapacidad moral permanente”, tras acusarlo de haber cometido actos de corrupción y violación de derechos humanos cuando era líder sindical. Castillo negó las acusaciones y denunció un golpe de Estado.
Castillo había llegado al poder en julio de este año, tras ganar por un estrecho margen las elecciones presidenciales frente a la candidata derechista Keiko Fujimori. Su propuesta era impulsar una nueva Constitución y una reforma agraria que beneficiara a los sectores más pobres del país. Sin embargo, enfrentó una fuerte oposición de los partidos conservadores y liberales que dominan el Congreso.
Tras la destitución de Castillo, el Congreso nombró como presidenta interina a Dina Boluarte, quien era la vicepresidenta del país y pertenecía al mismo partido que Castillo. Boluarte dijo que respetaría la decisión del Congreso y convocaría a nuevas elecciones en 2023. Sin embargo, varios sectores sociales y políticos han rechazado su nombramiento y han exigido el retorno de Castillo al poder.
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