«La compra también debe ser autorizada por otras jurisdicciones como Estados Unidos, China o Corea del Sur»
Europa │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
Activision Blizzard es una de las mayores compañías de videojuegos del mundo, con una facturación de más de 8.000 millones de dólares en 2021 y cerca de 400 millones de usuarios activos mensuales en 190 países.
Entre sus franquicias más populares se encuentran Call of Duty, un juego de disparos en primera persona ambientado en diferentes conflictos bélicos; World of Warcraft, un juego de rol multijugador masivo en línea que se desarrolla en un mundo fantástico; y Candy Crush, un juego de puzles para dispositivos móviles.
Activision Blizzard también posee otros títulos exitosos como Overwatch, un juego de disparos por equipos con personajes variados y coloridos; Diablo, un juego de acción y aventura con elementos de terror y magia; y StarCraft, un juego de estrategia en tiempo real con temática de ciencia ficción.
¿Por qué Microsoft quiere comprar Activision Blizzard y cuánto pagará?
Microsoft anunció el pasado 18 de enero su intención de comprar Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares, la mayor adquisición de su historia y también la mayor jamás realizada en la industria de los videojuegos.
Con esta operación, Microsoft busca reforzar su posición en el mercado de los videojuegos, donde compite con Sony y Nintendo, entre otros. Al incorporar los juegos de Activision Blizzard a su plataforma Xbox, Microsoft podría atraer a más jugadores y generar más ingresos por suscripciones y publicidad.
Además, Microsoft tiene interés en el desarrollo del metaverso, un universo digital paralelo donde las personas podrán interactuar entre sí y con el entorno mediante avatares. Los juegos de Activision Blizzard podrían ser una base para crear experiencias inmersivas y atractivas en el metaverso.
¿Qué obstáculos tiene la compra de Activision Blizzard por Microsoft?
La compra de Activision Blizzard por Microsoft está sujeta a la aprobación de las autoridades reguladoras de varios países, que deben evaluar si la operación respeta las normas de competencia y no perjudica a los consumidores ni a otros actores del sector.
La Comisión Europea dio luz verde a la compra el pasado 15 de mayo, pero con algunas condiciones. Microsoft se comprometió a mantener abiertas sus plataformas Xbox y Windows para otros desarrolladores y editores de videojuegos, así como a no discriminar ni perjudicar a los juegos que no sean propios.
Sin embargo, la Autoridad británica de Competencia y Mercados (CMA) bloqueó la compra el pasado 26 de abril, argumentando que reduciría la competencia e innovación en el mercado de los videojuegos. Microsoft apeló la decisión y espera que el Tribunal de Apelación de la Competencia (CAT) le dé la razón.
La compra también debe ser autorizada por otras jurisdicciones como Estados Unidos, China o Corea del Sur. Se espera que el proceso se complete a mediados o finales de 2023.
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