«La Inteligencia Artificial ha avanzado mucho en los últimos años gracias al aprendizaje profundo (deep learning»
Estados Unidos │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
Los personajes no jugables (NPCs) son aquellos que interactúan con el jugador en los videojuegos, ya sea como aliados, enemigos o simples transeúntes. Su comportamiento suele estar programado por reglas fijas que limitan su capacidad de reacción y adaptación.
Sin embargo, la inteligencia artificial (IA) promete cambiar esta situación y crear NPCs más realistas, dinámicos y creíbles, que no se puedan distinguir de los humanos. Este es uno de los grandes desafíos de la industria del videojuego, que busca ofrecer experiencias cada vez más inmersivas y sorprendentes.
Los avances de la IA
La Inteligencia Artificial ha avanzado mucho en los últimos años gracias al aprendizaje profundo (deep learning), una técnica que permite a las máquinas aprender de grandes cantidades de datos y generar resultados complejos.
Algunos ejemplos de aplicaciones de la IA en los videojuegos son:
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La generación de gráficos realistas, como los que se pueden ver en el motor Unreal Engine 5 o en el proyecto MetaHuman Creator, que permite crear rostros humanos hiperrealistas en minutos.
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La generación de narrativas y diálogos, como los que se pueden encontrar en el juego AI Dungeon, que usa un modelo de lenguaje natural para crear historias interactivas y personalizadas.
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La generación de comportamientos inteligentes, como los que se pueden observar en el juego F.E.A.R., que usa una técnica llamada planificación jerárquica para que los enemigos actúen de forma coordinada y estratégica.
Los retos y las oportunidades
Crear NPCs indistinguibles de los humanos no es una tarea fácil. Se requiere combinar diferentes aspectos como la apariencia, la voz, el movimiento, la personalidad, las emociones y las intenciones. Además, se debe tener en cuenta el contexto del juego, las acciones del jugador y las posibles consecuencias de las interacciones.
Sin embargo, si se logra este objetivo, se podrían abrir nuevas posibilidades para el diseño y la experiencia de los videojuegos. Por ejemplo, se podrían crear mundos virtuales más ricos y variados, con personajes que evolucionan y cambian según sus experiencias. También se podrían crear historias más orgánicas y flexibles, con múltiples opciones y finales. Y se podrían generar situaciones más emocionantes y desafiantes, con personajes que reaccionan de forma impredecible y realista.
La inteligencia artificial es una herramienta poderosa y prometedora para el futuro de los videojuegos. Su uso puede mejorar la calidad y la diversidad de los NPCs, y ofrecer experiencias más satisfactorias y memorables a los jugadores.
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