«El impuesto a la minería se introduciría gradualmente en tres años y se espera que recaude unos 3.500 millones de dólares en una década»
Washington │Por Ángel Ramírez│Escritor de LAGLvL
Las criptomonedas son una forma de dinero digital que se basa en la tecnología blockchain para garantizar su seguridad, transparencia y descentralización. Sin embargo, también son una fuente de controversia por el impacto ambiental y social que generan, especialmente por el alto consumo de energía que requiere su proceso de creación o minería.
La minería de criptomonedas consiste en resolver complejos problemas matemáticos con potentes ordenadores para validar las transacciones y obtener una recompensa en forma de monedas virtuales. Este proceso consume enormes cantidades de electricidad, que a menudo proviene de fuentes no renovables y contaminantes. Es por todo esto que se ha considerado el impuesto a la minería.
Según un estudio de la Universidad de Cambridge, la red de Bitcoin, la criptomoneda más popular, consume más energía al año que países enteros como Pakistán o Ucrania. Además, se estima que produce unas 60 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que contribuye al calentamiento global y al cambio climático.
DAME: El impuesto a la minería para hacer pagar a los mineros por los daños que causan
Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha propuesto un nuevo impuesto a la minería destinado a hacer que los mineros de criptomonedas paguen a la sociedad por los daños que causan. Se trata del impuesto DAME (Digital Asset Mining Energy), que obligaría a las empresas de criptominería a pagar un impuesto equivalente al 30% del coste de la electricidad que usan en Estados Unidos.
“Actualmente, las empresas de criptominería no tienen que pagar por el coste completo que imponen a los demás, en forma de contaminación ambiental local, precios más altos de la energía y los impactos del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero sobre el clima”, dice la Casa Blanca sobre la propuesta.
“El impuesto DAME incentiva a las empresas a empezar a tener en cuenta los daños que imponen a la sociedad”.
Dame, el impuesto a la minería se introduciría gradualmente en tres años y se espera que recaude unos 3.500 millones de dólares en una década. Sin embargo, también podría tener consecuencias negativas para el sector de las criptomonedas, como la reducción de sus beneficios, la deslocalización de sus operaciones o la desincentivación de la innovación.
Los retos y dilemas de regular y controlar el fenómeno de las criptomonedas
La propuesta de Biden es solo una parte de su plan presupuestario para el año fiscal 2024, que aún tiene que ser aprobado por el Congreso, donde podría enfrentarse a la oposición tanto de los republicanos como de algunos demócratas. Además, no es la única medida que se está tomando para regular y controlar el fenómeno de las criptomonedas.
En varios países se han adoptado o se están estudiando normas para limitar o prohibir la minería o el uso de las criptomonedas, por motivos ambientales, económicos o legales. Algunos ejemplos son China, India, Irán o Turquía. También hay iniciativas para promover el uso de fuentes renovables o alternativas para la minería, como la energía solar, hidroeléctrica o geotérmica.
Las criptomonedas son una realidad cada vez más presente y relevante en el mundo financiero y tecnológico, pero también plantean importantes desafíos y dilemas para la sociedad y el medio ambiente. ¿Será el impuesto DAME una solución efectiva y justa para equilibrar los beneficios y los costes de esta revolución digital?
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